Hitachi enfrentó una creciente presión durante la pandemia a medida que las operaciones se fragmentaron, los flujos de trabajo se volvieron ineficientes y las decisiones críticas carecían de visibilidad en tiempo real.

Entramos en el proyecto en un punto de transición, heredando un conjunto de pantallas de interfaz que carecían de una estructura cohesiva o flujos de usuario de extremo a extremo. Los esfuerzos anteriores se habían centrado en la ejecución de ingeniería y la captura de datos en lugar de la experiencia del usuario o cualquier visión estratégica para escalar. El alcance fue enfocado y acelerado, solo ocho semanas para dar sentido a los materiales heredados, definir una dirección y entregar resultados tangibles.

Dirigí el esfuerzo de diseño dentro de un equipo multicultural, colaborando con partes interesadas y gerentes de piso para mapear la experiencia existente e identificar brechas funcionales. A través de entrevistas con partes interesadas y modelado de escenarios, dimos forma a los flujos en torno a las necesidades operativas clave mientras facilitaba la alineación interna, entregando en última instancia un resultado que no solo abordó desafíos inmediatos, sino que también posicionó el diseño como un lente estratégico y generó impulso para un compromiso más profundo.